Al caer la tarde fui a comprar,
como todos los días.
Al salir, me encontré con un cálido poema.
Dejé las bolsas en el suelo y miré al cielo.
Me puse a fotografiar con el móvil,
que siempre llevo para hacer poesía.
Unas rimas vislumbré en el firmamento.
Una farola y una nube, fueron metáforas certeras.
Unas sombras negras, el tema.
Enfoqué más cerca y vislumbré un alma en silueta.
Como todo los días, al caer la tarde,
sin ir muy lejos, a la vuelta de la esquina,
siempre hay un poema.
O quizás sea una mirada alucinada,
que en todo ve poesía.
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