Un
mortal creó una diosa. Paradójico, ya sé. Pero es escultor preciso, se llama
Pimentel. Sólo esculpió el contorno y dejó un hueco dentro. Ese mismo hueco que
todos llevamos dentro y es ahora túnel de diosa. Ese agujero es capaz de llenar
los demás huecos humanos. Por eso mira hacia el mar, para apuntarnos la forma
de llenar nuestros vacíos. A ver si nos damos cuenta que un hueco sólo se llena
con sal. Así que seguid mirando al infinito horizonte, donde la diosa dirige
sus bellos ojos de calma. Para llenar el hondo hueco, el hondo hueco del alma.
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